El Cáncer Se Cura
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En la época hacia los fines de la década de
los años 60 y los comienzos de los 70 hubo gran agitación política-legal,
primordialmente en el estado de California, EE.UU. a causa de la prescripción médica
de la vitamina B-17, también conocida como Laetril, para el tratamiento del cáncer.
Proveniente de la pepita del carozo del damasco (chabacano, albaricoque), esta
vitamina cura, decidida y definitivamente cura, el cáncer. Sin embargo, en los
EE.UU. las autoridades han prohibido todo tratamiento de cáncer que no fuere
uno de los tratamientos tradicionales, aprobados por el sistema regente. Muchos
médicos, enfermero(a)s, y un sin-número de otros practicantes de las artes
curativas han sido encarcelados, inculpados de curar a pacientes de cáncer
mediante tratamientos que no estaban en la lista oficial. Como resultado de
estas litigaciones muchos de estos profesionales se han trasladado a otros países.
Para
quien tenga cáncer:
Es muy importante comer semillas, las que se deben masticar lentamente; y
que se deben conservar en la boca el tiempo necesario hasta que se licuen.
Lo ideal es comer dos semillas, o pepitas, por hora, durante el
transcurso del día. Los mejores resultados se han observado con el consumo de
tres a cinco (3 a 5) pepitas cada hora de la actividad normal diurna.
Quien padezca de cáncer deberá tomar,
diariamente, diez (10) pastillas de 500 mg durante el primer mes de tratamiento,
o sea una pastilla por hora. Si se
sienten náuseas, se pueden partir las pastillas en dos mitades para tomar una
mitad cada media hora. Con el tiempo, al irse acostumbrando el cuerpo, se podrá
volver a tomar una pastilla por hora. Son más tolerables si hay alguna cantidad,
aunque pequeña, de alimento en el estómago antes de ingerir las pastillas.
Esta dosis curativa se tiene que mantener un mínimo
de 21 a 30 días. Después se puede
reducir la dosis a una a tres (1 a 3) pastillas diarias durante los siguientes
tres meses. Lo recomendable es continuar tomando esa dosis por el resto de la
vida. Véase, a continuación, la recomendación preventiva.
Dosis
Preventiva:
Quien no tenga cáncer puede tomar una o dos pastillas de 100 mg por día;
lo que equivale a comer de siete a diez (7 a 10)
pepitas diarias. El Dr. Krebs afirma que, aunque sean algo amargas, lo mejor es
comer la semilla (la pepita) natural, entera.
El doctor pregunta, “¿valdría la pena perder la vida por no querer
comer unas semillas amargas?”
Nota
del redactor: Recuerde, el lector,
que únicamente las semillas contienen las enzimas que logran el resultado
curativo en el organismo. Quien no pueda tolerar el sabor de las pepitas tendrá
que complementar esa carencia en la B-17 con otras vitaminas y enzimas no tan
eficientes. Vale la pena hacer el esfuerzo necesario para surtirle al organismo
esas defensas tan vitales.
¿Se
puede tomar B-17 al mismo tiempo que se recibe tratamiento de quimioterapia?
Lo peor es recibir solamente quimioterapia. Es
benéfico añadir B-17 al tratamiento de quimioterapia,
pero lo mejor sería ingerir B-17 (en forma de pepitas) y otras hierbas
curativas, …y olvidarse de la quimioterapia.
¿Se
pueden tomar la vitamina B-17 y las pepitas conjuntamente?
Por supuesto que sí. En las semillas hay muchos
elementos naturales que no se encuentran en las pastillas de vitaminas. Las
pepitas tienen, además de la B-17, minerales y componentes que facilitan su
asimilación en el organismo. Recuerde que en la ciencia de la nutrición
solamente se han identificado aproximadamente mil (1000) vitaminas y minerales,
de varios centenares de miles de ellos que existen pero que todavía no se han
identificado. Eso significa que no es prudente limitarse a tomar solamente
pastillas. A propósito del tema se llevó a cabo un estudio científico
con ratas de laboratorio que se organizaron en dos grupos. El primer grupo
recibió, en su alimentación, todas las vitaminas y todos los minerales
conocidos. El segundo grupo recibió desechos y basura. Al cabo de un par de
semanas el primer grupo se veía flaco y enfermizo, mientras que las ratas del
segundo grupo, las comedoras de basura, se veían gordas y saludables, con mucha
energía. Estos resultados hacen decir al Dr. Krebs, “lo mejor es consumir
alimentos naturales enteros, y complementarlos con vitaminas y minerales
elaborados.”
¿Qué
otro medicamento conviene tomar juntamente con la B-17?
Para quienes padezcan de cáncer, recomienda el
Dr. Manner (uno de los precursores del tratamiento del cáncer mediante la
vitamina B-17) que los pacientes añadan enzimas pancreáticas y vitamina C a su
alimentación. Ambas se consiguen fácilmente en los comercios que se
especializan en productos naturales para la salud. Las enzimas pancreáticas
abundan naturalmente en frutas como el ananá (piña), la papaya (mamón), y
otras. Su función primordial es la de quemar el revestimiento de proteína
protector de las células cancerosas, de forma que facilita así el acceso de la
B-17 al núcleo celular para efectuar su destrucción total.
Pero,
a veces no basta con solamente destruir las células cancerosas, y siendo que el
organismo tiene que reconstruir los tejidos que hayan sufrido daños y averías,
es sumamente importante proporcionarle nutrición adecuada al organismo. Las
remolachas (betabeles) contribuyen a fortalecer los riñones, y las harinas de
hueso y el polvo de cartílago de res, o de pollo, contribuyen a la reconstrucción
de los huesos dañados por el cáncer.
Se han hecho estudios de los hongos Shitake, muy
comunes en la cocina japonesa, y se ha descubierto que proveen al organismo una
sustancia anti-virus, conocida como lentina, que contribuye a estimular el
sistema inmunológico y neutraliza a diversos virus.
El jugo de una fruta del archipiélago de Tahití, la noni, detiene el cáncer
y la diabetes, y alivia la artritis y desperfectos del sistema nervioso.
Otros productos, como el té de Kombucha, las semillas de uva (las
semillas mismas, no su extracto) y los hongos Maitake (también japoneses) son
eficaces combatientes del cáncer, reducen la hipertensión arterial, controlan
la diabetes y contribuyen a la pérdida de peso. Existen muchas plantas, hierbas
y frutas alimenticias que tienen, además, admirables propiedades curativas.
Además, se sabe muy bien en la ciencia médica
las combinaciones de diversos tipos de terapéutica resultan mucho más eficaces
que una sola. Es muy apropiado añadir
diversos elementos, como satélites al tema central de las pepitas de damasco.
¿Se
puede tomar la vitamina B-17 conjuntamente con quimioterapia o radiación?
Por
supuesto que sí. Primero, debería
el paciente verificar el verdadero índice de curación que se ha logrado en
otros casos del mismo tipo de cáncer. Cuando se hable con el médico al
respecto de curaciones, se tiene que aclarar si se está hablando de cura
completa, o de una simple extensión, de unos meses, del plazo de vida.
Si se piensa hacer alguna operación en la cual estén involucradas las células
cancerosas, es de vital importancia que el paciente se arme con pepitas de
damasco y con vitamina B-17 para eliminar las células que queden sueltas por el
cuerpo. La vitamina B-17 tiene solamente efectos saludables. Reduce la
hipertensión arterial, es uno de los nutrientes más saludables del planeta,
fortalece las arterias y el corazón, y por supuesto que persigue y elimina a
las células cancerosas.
Las células cancerosas comienzan a morirse de
inmediato. En algunos casos, como en el cáncer del hueso, se demora un poco más
en absorberse la vitamina en los tejidos más profundos del cuerpo. Los cánceres
de la piel se alivian más rápido. Al fin de la primera semana ya se podrán
ver considerables mejorías; y en muchos casos se podrá lograr regresión total
de tumores en cuestión de tres (3) semanas, o menos.
Un carcinoma puede demorarse unos meses en desaparecer; y ha habido cánceres
de la cérvix que han desaparecido en menos de tres (3) semanas. Es posible,
bajo circunstancias especiales, organizar entrevistas con personas quienes se
han recuperado satisfactoriamente de todos estos tipos de cáncer.
Es muy adecuado para quien tenga su diagnóstico
de cáncer, pero sin haber comenzado el tratamiento de quimioterapia o de
radiación. El Dr. Krebs mantiene
que logra 98% de curación, y en el Hospital Del Río, en Tijuana, México,
aseguran casi el 100% de curación de los casos virgen. Los casos virgen son
aquellos que no han recibido ni quimioterapia ni radiación.
En los casos donde el paciente ya ha recibido tratamiento de
quimioterapia o de radiación, el éxito de la B-17 dependerá de cuánto se ha
difundido el cáncer antes del tratamiento, y de cuánto daño le han causado la
quimioterapia y/o la radiación. Sea como fuere, es de vital importancia
comenzar, sin demora, a suministrarle al organismo su dosis diaria de B-17.
A los médicos se les enseña, desde sus
primeros estudios, que el Laetril no es efectivo; y las reglamentaciones en
vigencia no les permiten recetarlo. Además, las únicas referencias que se les
proporciona son dos estudios falsos que no lo recomiendan. Nada se les menciona
de los múltiples resultados positivos que abundan en los informes de referencia.
Si un médico, en los EE.UU. receta el Laetril, o vitamina B-17, para
tratamiento de cáncer se arriesga a que le impongan sanciones disciplinarias y
se le revoque su licencia de práctica médica, y aún ser encarcelado.
Desdichadamente, después de los largos años de estudio necesarios para
llegar a ser médicos, la mayoría de ellos se limitan a recetar los
medicamentos permitidos legalmente, aunque no vean alivio del malestar. Quien se
interese en investigar y descubrir la verdad de la situación, puede informarse
sin problema alguno. El libro del Sr. Griffin, “World Without Cancer” es un
buen comienzo, pues en este libro se relata la historia de la vitamina B-17 y es
una buena guía en el estudio de la curación del cáncer.
Nota
del redactor: El libro “World
Without Cancer” se puede comprar
por teléfono, llamando al 1-877-3466.
¿Qué
predisposición ha adoptado la comisión reguladora de alimentos y medicamentos
del estado de California al respecto de la B-17 y/o el Laetril?
En 1971 el Sr. Grant Leake, jefe de la sección fraudes de la comisión de
control de alimentos y drogas del estado de California, EE.UU. afirmó: “Los
vamos a proteger, aunque no lo quieran.”
Ref. WWC, p 18
¿Hubo,
alguna vez, acusaciones o cargos en contra de médicos por el uso de la B-17 y/o
el Laetril con sus pacientes?
Sí,
afirmativamente. A principios del año 1974, la Comisión Médica del estado de
California presentó acusación formal en contra del Dr. Stewart M. Jones por
haber usado Laetril en el tratamiento de pacientes de cáncer. Sin embargo, se
supo más tarde, que uno de los miembros de esa comisión acusadora, el Dr.
Julius Levine, usaba Laetril para su propio cáncer. Cuando esto salió a luz
durante los trámites legales, el Dr. Levine renunció a su cargo antes de verse
en apoyo al acusado Dr. Jones.
Ref: Laetrile Tiff. State Medic Out, San Jose Mercury (Calif.), April
10, 1974.
Ref. WWC, p 18
¿Por
qué motivo prohibe la FDA el uso de B-17 y/o Laetril?
En
EE.UU. se invierten miles de millones de dólares por año en investigaciones
del cáncer, y se obtienen miles de millones de ganancias por la venta de
medicamentos relacionados con el cáncer. Los políticos que logran votos
ofreciendo respaldar programas oficiales del cáncer. Este sistema no puede
permitir que se elimine el cáncer. En estos tiempos hay mucha más gente
viviendo a costillas del cáncer que muriendo de cáncer.
Ref. WWC, p 19
Nota:
La FDA, Food And Drug Administration, es la oficina federal de los EE.UU. que
regula los medicamentos y alimentos de consumo público.
¿Han
hecho pruebas, en la FDA, con el Laetril?
No.
El primero de septiembre de 1971 anunció la FDA que el Comité
ad hoc de Asesores Para Investigar y Evaluar el Laetril no
había encontrado “evidencia terapéutica que justificara estudios clínicos”.
Por consiguiente, se anunció que estaba prohibido promover, vender o investigar
el Laetril en los EE.UU. Ref.
Press release,
HEW/FDA, Sept. 1, 1971
Ref. WWC, p 44
Sí,
afirmativamente. Miles de perdonas han estado usado el Laetril, y centenares de
médicos la recetan, y aún lo toman ellos mismos. Se usa en varios hospitales,
con la aprobación de la FDA, o sin ella. Con la aprobación del INC (Instituto
Nacional del Cáncer) o sin ella.
Ref. WWC, p 45
Ya
para el año 1952 había elaborado el Dr. Ernst T. Krebs, Jr., bioquímico de la
ciudad de San Francisco, California, la teoría de que, al igual que el
escorbuto y la pelagra, el cáncer no se debía a bacterias misteriosas, o
virus, o sustancias tóxicas; si no que se trataba de una enfermedad causada por
deficiencias agravadas por la falta de un compuesto en la dieta contemporánea.
El Dr. Krebs logró identificar a este compuesto como parte de la familia
de los nitrilosidas que se encuentra en abundancia en más de 1200 plantas en
todas partes del mundo. Abunda, especialmente, en la semilla de las frutas de la
familia Prunus rosacea, (almendro,
damasco, cerezo, endrinas, nectarina, durazno y ciruela). También la hay en
diversos pastos, en el maíz, en el sorgo, en el mijo, en el cazabe, en la
semilla de lino, en las semillas de manzana y en muchos otros alimentos que han
ido siendo descartados del menú del hombre moderno.
¿Qué
sucede con los animales en los zoológicos que no tienen acceso a su alimentación
normal, silvestre y natural?
En
el famoso jardín zoológico de San Diego, California, donde los animales se ven
casi totalmente privados de nitrilosidas naturales, cinco (5) osos han muerto de
cáncer en un lapso de seis (6) años.
WWC.
p 54
En las sociedades primitivas no se conocían las enfermedades de hoy.
WWC.
p 55
No. No son lo mismo que los originales.
En el ejemplar de junio, 1971, del “Journal of the American Geriatric
Society” se publicó el informe de que “las vitaminas que se pierden de los
alimentos y que luego se añaden como enriquecimiento
no son un sustituto sano. Eso se confirmó en el estudio del Dr. Roger J.
Williams, quien informa que las ratas alimentadas con pan enriquecido morían a
temprana edad, o su desarrollo sufría incapacitación debido a la falta de
nutrición….” Además, se ha
demostrado que con la falta de vitaminas B y C se aceleran los achaques de
debilidad senil.
Ref.
WWC, p 58
¿Qué
se sabe de los hunzanos, o huncakut
Muy
remoto y oculto en los Himalayas, rodeado por Pakistán, la India y la China está
el pequeño reino de Hunza, cuyos moradores son famosos, en todo el mundo, por
las edades avanzadas que suelen lograr mientras disfrutan de excelente salud. No
es raro que vivan más allá de los cien (100) años, y muchos llegan a los 120.
Médicos que han viajado por esos lugares informan que en Hunza no existe
el cáncer. Y es interesante
observar que en la alimentación de ese pueblo se consumen aproximadamente
doscientas veces más nitrilosidas que en la comida común de los EE.UU.
En realidad, en ese país donde no se conoce el dinero, la riqueza de una
persona se mide en árboles de damasco.
El
Príncipe Regente lo confirma, y añade la información de que no es raro
culminar un almuerzo con 30 a 50 pepitas de damasco como postre.
Un postre que proporciona más de 75.000 unidades internacionales de
vitamina A, y más de 150 mg de vitamina B-17.
Las
mujeres de Hunza son famosas por conservar su piel suave y tersa hasta en su
avanzada edad, aparentando ser más de veinte (20) más jóvenes que sus
contemporáneas de otros países. Confiesan que su secreto consiste en el aceite
de damasco que se aplican diariamente al cutis.
Y es una triste realidad que cuando los hunzanos salen de sus apartadas
tierras, y adoptan la alimentación de otras culturas,
también caen víctimas de las enfermedades del resto del mundo,
inclusive el cáncer.
Ref. WWC, pp 65-67
Es una capa epiblástica que tapiza las vellosidades del cordón fetal, que se convierte en membranas fetales que desempeñan funciones de la nutrición celular. También conocido como célula cancerosa. Ref. WWC, p 89
La
naturaleza ha provisto un mecanismo de respaldo, una línea de defensa
secundaria que tiene muy buenas posibilidades de triunfar, aunque se hubieren
perdido las defensas primarias. Se trata de un insólito compuesto que
literalmente envenena a las células malignas mientras alimenta y fortalece al
resto del organismo. Es la vitamina B-17 que suministran los alimentos naturales
ricos en nitrilosida. También conocida como amigdalina, se la ha usado con
buenos resultados desde hace más de cien (100) años. En forma purificada y
concentrada por el Dr. Krebs se la conoce como Laetril.
Ref.
WWC, pp 97-98
¿Qué
autoridad tiene el Dr. Krebs en la materia?
Hizo
tres (3) años de estudios de anatomía en la Escuela de Medicina Hahnemann, en
Filadelfia. Luego se especializó en bacteriología en Universidad de Illinois,
de 1938 a 1941, graduándose en 1942. Durante 1943 a 1945 cursó estudios
superiores en la Universidad de California, en Berkeley. Luego estudió y llevó
a cabo investigación farmacológica en la Universidad de Mississippi.
Tiene a su crédito varias publicaciones de sus estudios, entre ellas
“La Teoría Unitaria, O Trofoblástica Del Cáncer” y “Los Nitrilosidos En
Plantas Y Animales”. Fue director científico de la Fundación John Beard.
Descubrió la vitamina B-15, el ácido pangámico.
Para el año 1950 ya había identificado a la vitamina B-17 y la había
aislado en forma de cristales. La denominó Laetril, y mediante pruebas en
animales demostró que no era tóxica.
Ref.
WWC, p 100
¿Cómo
demostró el Dr. Krebs que la vitamina B-17 (el Laetril) no era tóxico para el
ser humano?
Simplemente
se arremangó la camisa y se autoinyectó. Tal como lo había previsto, no tuvo
ninguna reacción negativa.
Ref.
WWC, p 101
¿De qué se compone la vitamina B-17?
Efectivamente,
el cianuro puede ser muy tóxico, y aún mortal en cantidades suficientes. Sin
embargo, ligado estrechamente dentro de la molécula de B-17 resulta totalmente
inerte y sin efecto sobre los tejidos vivos.
Ref.
WWC, p 102
Sí. El cloro, por ejemplo, es un gas muy
venenoso; pero combinado con el sodio forma el cloruro de sodio, que es la sal
de mesa común, un compuesto inocuo.
Solamente una sustancia hay que pueda soltar las ligaduras de la molécula
de B-17, y liberar así al cianuro; y es la enzima beta-glucosamidasa, en
contacto con agua. Afortunadamente esta enzima se encuentra concentrada en las células
cancerosas, y en muy reducidas proporciones en el resto del organismo.
Cuando la vitamina B-17 llega a las células cancerosas y suelta su
cargamento de cianuro, este veneno encuentra un poderoso aliado en el
benzaldehido, que por su cuenta es otro veneno. Estas dos sustancias tóxicas,
cuando juntas multiplican su potencia por un factor mínimo de cien (100). Es un
fenómeno bioquímico que se llama sinergismo. Además, las células cancerosas
contienen aproximadamente cien (100) veces mayor concentración de beta-glucosamidasa
que en el resto del cuerpo, lo cual resulta en un tratamiento de quimioterapia
natural, muy eficiente y tan bien especializado que las células sanas del
organismo no sufren ningún daño. El Laetril ocasiona la liberación de esos
dos venenos que afectan únicamente a las células cancerosas.
Ref. WWC, p 103
¿Cómo
es que no nos envenena el cianuro?
Hay otra enzima muy importante, la rodanasa, que
abunda en todos los tejidos sanos. Esta enzima, que apodamos “la defensora”
tiene la propiedad de descomponer al cianuro y transformarlo en subproductos
nutrientes y benéficos para el organismo. (A partir del año 1965 se ha
identificado a la rodanasa como tiosulfato de transulfurasa.)
Siendo que la rodanasa no se encuentra en las células cancerosas, éstas
quedan sin protección.
Ref.
WTC, p 116
¿Pue
Sí.
A pesar de ser un compuesto sano y seguro, como todas las cosas en exceso,
puede ser peligrosa; al igual que el agua o el oxígeno en cantidades anormales.
Ref. WTC, p 118
¿Se
pierde la vitamina B-17 en las semillas de damasco (chabacano) tostadas?
No.
El contenido de B-17 no varía, pero se destruyen las enzimas y no se logra la
totalidad de los efectos enzimáticos en la boca, el estómago y en la vía
intestinal.
Ref. WTC, p 120
¿Qué
cantidad de B-17 contiene un carozo de damasco (chabacano)?
En
la fruta que se cosecha normalmente en los EE.UU. hay aproximadamente de 4 a 5
mg.
Ref. WTC,
p 122
¿Puede
hacer daño el Laetril?
Las
pastillas de aspirina son 20 veces más peligrosas que una cantidad semejante de
Laetril. El Laetril es menos tóxico aún que el azúcar, pero por las mismas
razones que no se toman 20 pastillas de aspirina ni se come un cuarto de kilo de
azúcar de una vez, si alguien consume un exceso de Laetril, se va a sentir mal;
y posiblemente tengan que usar una sonda para evacuarle el estómago.
Ref.
WTC, p 126
¿Hay
médicos que recetan Laetril para sus pacientes?
Sí.
Para mediados de la década de los 70 ya se habían publicado, en los EE.UU. más
de 26 informes de tantos médicos de renombre que habían estudiado y recetado
el Laetril con buenos resultados en el tratamiento del cáncer.
Ref.
WTC, p 129
¿Hay
médicos fuera de los EE.UU. que apoyan el uso del Laetril para el cáncer?
Sí.
El Dr. Hans Nieper, Director de Servicios Médicos del Hospital Silbersee, en
Hanover, Alemania, quien figura en la lista de “Quién es Quien en la Ciencia
Mundial” y era entonces el Director de la Sociedad Alemana del Tratamiento del
Tumor, anunció durante uno de sus viajes a los EE.UU., en 1972, “…después
de más de veinte años de trabajo especializado he descubierto que los
nitrilosidos, es decir el Laetril, son el mejor tratamiento, o preventivo, del cáncer
que se conozcan. En mi opinión es la única posibilidad que tenemos para
controlar el cáncer.”
Ref. WTC, p 130
¿Se
recomienda complementar el consumo de la vitamina B-17 con otros alimentos?
Sí. El
Dr. John Richardson, de San Francisco, California recomienda: “Se deben
consumir todo tipo de verduras comestibles. Preferentemente crudas, o con muy
poca cocción. Se debe consumir pescado, lo más fresco posible, y apenas cocido.
Cómase pollo sin pellejo, y olvídese de cualquier cosa que no esté incluida
en esta lista. Es importante beber cantidades adecuadas de agua, o jugos
naturales, que pueden ser con gas. Tomen: vitamina C, 1500 a 5000 mg diarios;
vitamina E, 1200 unidades internacionales; vitaminas múltiples y minerales.
Evítese todo lo que sea tóxico, tabaco, alcohol, café, tranquilizantes,
sedantes, analgésicos, etc. Se
permiten algunos antibióticos.”
Ref.
WTC, pp 137-138
La vitamina B-15, el ácido pangámico, contribuye a descontaminar el hígado, limpiándolo de toxinas, siendo que es un agente transmetilador. Contribuye, además al incremento del potencial oxigenador de los tejidos. Es como una dosis de “oxígeno al instante”. Ayuda a neutralizar los venenos que elimina el cuerpo. Ref: WTC, pp 138 & 140